jueves, 22 de septiembre de 2011

Llamada a la REVOLUCIÓN

Día y medio meditando y calentándome lo que me cuelga y creo que ya paso de hacer más el canelo:
Después de ver y ser testigo indirecto del clarificador testimonio de Tinieblas González me he visto en la situación de que, antes de explotar ante la injusticia que acontece de un tiempo a esta parte, prefiero dejar mi opinión patente y, a su vez, buscar el amparo y ayuda de tod@s los que tengan la misma sensación, hayan sufrido las consecuencias o hayan sido testigos.

Y no es solo por las palabras del director vasco... que va.
Me encontraba relajándome viendo una de esas producciones hechas para no pensar cuando he visto un giro en el argumento más malo que beberte un kilo de arena sin pan pa' empujá, y he pensando: ¿cómo una productora permite semejante gilipollez en una película? Respuesta: el cine es un negocio que genera riqueza... riqueza para el que precisamente permite dicho giro que insulta a cualquiera.
Y lo permite porque su única finalidad es el dinero... no el proyecto... no la historia... no las sensaciones. Y lo hacen pasando por encima de algo tan noble y puro como incalculable: la ilusión de quién sí quiere al proyecto.

Es cierto que lo expuesto por Tinieblas González ha supuesto una apertura de mente ante la realidad y al mismo tiempo un golpe a la voluntad de quien no es Almodóvar o Amenábar (ni pretende serlo), a la voluntad que solo quiere contar historias para provocar sensaciones, y ahí me incluyo. La fe por poder dedicar el resto de mi vida a mi vocación, a lo único que sé hacer, no ha decaído, pero sí soy bastante más pesimista con la realidad que se presenta.

El cine es un trabajo... 

...un trabajo basado en la dedicación plena de quien lo fomenta: el que no haya firmado por una jornada de trabajo de 8 horas y luego haya visto el reloj dándose cuenta de que lleva 12 sin esperar horas extras ni pollas, y sigue ahí con una sonrisa en la cara que levante la mano. 

Y lo hacemos porque AMAMOS lo que hacemos. Y porque lo amamos se aprovechan de nosotr@s.
Soy de los que afirman que me pasaría la vida escribiendo, dirigiendo y montando sin ganar dinero si no fuera porque ahí que comer. No persigo la riqueza más allá de la que viene de la realización personal y podría asegurar que no soy original en mi pensamiento, mi actitud ni mi propósito.

El mundo lucha por subsistir

Nosotr@s luchamos por lo mismo pero no queremos más recompensa que la que viene en forma de dejarnos seguir haciendo nuestro trabajo. Lo juro y lo firmo: NO QUIERO DINERO... quiero vivir de lo único que sé hacer.

Y por eso pretendo y persigo gritar en alto, por más que lo haga en un desierto, con el fin de decirle a quién sea necesario que BASTA YA de ver al cine como un simple producto mercantilista del que chupar hasta nutrirse con el fin de seguir agrandando la piscina de los chalets.

Los caminos actuales que están tomando TODOS los campos del mundo asustan porque todos tienen la misma finalidad: el enrequecimiento. No se busca el bien común, sino el chupar cuánto más se puede por parte de quien puede hacerlo.
Paso de demagogias y chorradas varias, solo digo lo que pienso y lo que siento: 

...y pienso que la persona que adora el campo y disfruta de trabajarlo no pretende más que le dejen seguir trabajándolo. Mientras que el empresario busca una producción más fructífera y beneficiosa pasando por encima de lo que HAGA FALTA... y el amor de esa persona por su campo es una mierda más que pisar.

No estoy casando porque solo llevo 12 años trabajando mi ilusión... pero sí estoy asustado. Y aunque normalmente sería de los que se esconden en una esquina a esperar que el monstruo se vaya del armario, hoy quiero que nos levantemos de la esquina y entre tres o cuatro le demos una patada en los cojones al monstruo.

¿Cómo? 

Las telecomunicaciones, esas que ell@s controlan para poder tergiversar y manipular hacia donde quieren, han dado voz y, a su vez, una relevancia que permite hacer sonar más de un timbre y posiblemente reventar algún tímpano.

Ni yo ni nadie que yo conozca estamos aquí para cambiar o salvar el mundo. Pretensiones de tal calibre ni están ni estarán en nuestras manos... pero no soy un gilipollas que mira lo que le afecta como quien ve llover. 
Sabes quién soy, lo que hago y ahora sabes lo que pretendo:

El cine es un negocio... porque cuesta dinero... pero cuesta mucho más porque sus cimientos no son solo económicos: ilusión, voluntad y amor incondicional.

El cine es NO es SOLO un negocio.

dani_zarandieta@hotmail.com

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Feliz...

...y creo que podría ser un poco más concreto: maduramente feliz.
Lo que desde mi estúpido punto de vista (y seguro que a todas luces erróneo) viene a significar que es una felicidad llena de muchas cosas y momentos, algunos de ellos lejanos de la definición de la propia palabra (vamos, que hay días jodidos).
Y es que los últimos días, entre trabajo de storyboard y trabajo de production book, en lugar de ponerme a hacer cosas, me sentaba en el sofá a relajarme y pensar un poquillo. Y en una de éstas me acordé de este rincón... y de su título: vine a NYC a encontrarme y hoy, aquí, puedo afirmar con una sonrisa que eso no ha pasado... porque lo que he aprendido hasta la fecha es que todo el mundo cambiamos tanto, nos adaptamos a situaciones, reaccionamos, sufrimos, echamos de menos, disfrutamos... son tantos los estadíos por los que pasamos que resulta imposible conocerse... del todo.
Así que podría afirmar que no me he encontrado, pero me he conocido mucho mejor. Y que nadie se lleve a equívoco: esto no es ni mucho menos una despedida, es la intención de poner sobre la mesa (o la pantalla en este caso) la lección que he aprendido y que me hace respirar tranquilo... y con una sonrisa.

Porque en cierto punto, antes de venir hasta aquí, pensaba: "¿qué coño me deparará a mi esta aventura?". Asustaba no cumplir con los esquemas mentales que tenía en la cabeza.
Y 10 meses después sonrío al afirmar que no me he encontrado pero sí me conozco.

No me he encontrado, entre otras cosas, porque sigo sin tener ni puta idea de dónde voy a estar dentro de 3 meses...
Pero me conozco porque sé que podré adaptarme a lo que venga. Porque creo que he sacado en claro que puedes tener planes y esquemas, pero en ningún caso estos pueden ser rígidos, porque es en dicha situación cuando tienes todas las papeletas para llevarte una "hostia bien dá".

Me he dado cuenta de que no existen blancos o negros (y no hablo de raza que nos conocemos). Hablo de extremos, de polos opuestos. Bueno, sí, posiblemente sí existan (vamos, que sí, que seguro que existen), pero en mi caso no pienso acercarme a ninguno de ellos, y creo que la forma de felicidad que llevo conmigo es un ejemplo: 
no soy feliz como Santa Claus puesto de Crack el 25 de diciembre (Santa Claus... Papa Noel coño!!) pero desde luego no soy una pena con piernas, es más, estoy aquí ahora para decir que soy feliz.
Disfruto lo que tengo, valoro lo que me dan y lo conseguido... pero no me conformo, y no creo que nunca lo haga.
Tengo lo que quiero y necesito... pero no voy a pararme ahí.

Y es curioso como dicha sensación se extiende en mi persona: la Thesis, ese proyecto que sigue avanzando y por el cual te debo TODO y MÁS, es un reflejo de lo que aquí estoy martilleando. Randy, profesor de guión, decía: "el mejor de los cimientos de tu historia (que no es solo mía, que conste) está en que los tres personajes, no son buenos, ni malos: se mueven en una escala de grises... como cualquier persona de ahí fuera".
Porque, por lo general, el cine (el comercial por lo menos) tiende a mostrar personajes que, ya sea por ellos mismos o por la situación que atraviesan, son extremos: los buenos son muy buenos, y los malos son unos hijos de puta con licencia. 

Los personajes de "Second Round" son grises, uno más oscuro, una más clara... y otro que vive justo en medio.
Y puede que sea porque me ha costado casi 31 años, pero por fin he llegado a saber cómo soy (solo un poquito)... y he descubierto que no se debe ser extremo en nada... ni siquiera en la felicidad.
Soy feliz... GRACIAS.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El huracán Irene removió algunas cosas...

...pero ninguna de ellas tuvo que ver con las asociadas a un fenómeno de la naturaleza.
Porque por más que pudieran anunciar o presagiar una castástrofe de proporciones bíblicas, los que aquí estuvimos contemplamos y/o fuimos testigos de lo que TOD@S esperábamos:
Esta sociedad vive, en ciertos momentos, bajo las reglas marcadas por la cultura del miedo y la EXAGERACIÓN.
Salir a la calle y ver a gente comprando garrafones de agua como si no hubiera mañana mientras unos cuantos de nosotros presenciamos la escena con cara de "de os está yendo la pelota" es algo que resulta complicado de explicar.
En definitiva que el huracán se parecía más a un mal día en Tarifa y ninguna de las imágenes que se hayan visto sobre lo acontecido en NYC causas por la "tal" Irene dista mucho de alguna que otra tormenta vivida en tierra española, más allá del fondo de la fotografía... Y luego los andaluces somos exagerados.

Pero lo que sí provocó el huracán es que, fruto de dicha "alarma", nos quedamos sin posibilidades de ir a ningún sitio, así que fue un fin de semana en casa donde, entre trabajo y trabajo, hubo demasiado tiempo para darle vueltas a la cabeza... cosa que extrañamente trae algo bueno.
Trabajo, futuro (relacionado con el trabajo), destino físico, procedimiento para alcanzar lo que se quiere, dificultades...
Hasta a mi me cansa hablar del tema.
Dejémoslo en que seguimos quemando días para llevar a cabo el rodaje de la Thesis y quiero aprovechar para dar las gracias a TOD@S los que han hecho el esfuerzo por ayudarnos a sacarlo adelante:
-Glo
-Tappy
-Fran
-José Luís y Álvaro
-Mara
-Tita
-José Manuel
-Carmen
-Ale
-Pablo
-Tito
-Joshua
-Juan Letona
-Otros socios y compañeros de mis padres
Y todos los que seguirán...
Y a quienes habéis hecho rular la voz...
Y a mi familia...
Y a mi familia...
Y a mis Padres... a quienes debo más que la vida...
Y a tí... POR TODO.

Y ahora vuelta al trabajo... aunque mejor creo que ya mañana...
Por cierto, a Irene por aquí se le sigue esperando...
Un besito... o dos...